martes, 19 de noviembre de 2013

Sin rumbo

En las noches hay una colaboración en la sombras
de eso que no puedo olvidar,
el olor de un sudor en el aire
y suave murmullo de voz.

Veo ventanas desde lejos
y no ansío ver el redondo de las pieles
a causa de tu dolor y el mio.
Camino hasta él,
veo que sigue allí
y recuerdo
que solo volvió a ser un mal sueño.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Aurora

El día culmina con tu nombre
ahogado en el silencio
con trazos de muerte.
Amo tu nombre, tu esencia.
Visto tu aurora, tu silencio.
Mi miembro sabe tu nombre y reacciona,
no bajo tu agrado
pero si bajo tu aprobación.
No dudas que te amo porque cuando culmina el día
suspiro tu nombre.

miércoles, 28 de agosto de 2013

Silencio

Corro a pesar de las heridas
en contra del fuego
contra el viento
mirando el piso
alguna señal de paz.
No hay un camino de regreso
cuando la muerte te indica un final
¿acaso esto era una vida?
A veces el silencio es mi respuesta más acertada.

martes, 27 de agosto de 2013

Las Reinas del Pueblo


Tanta era la emoción del pueblo al escoger una reina de belleza que en el año celebraban ocho ferias con motivos diversos, por la patrona, por las siembras, por las lluvias, por la sequía que espantaba los zancudos, por la primera cosecha del maíz, de la papa, la cebolla y el cilantro, en el inicio de las clases y la culminación de las mismas; incluso celebraban una feria en honor a las ferias; todo con la intención de escoger una reina. Todo el show era televisado y observado por el pueblo entero. Días antes del magno evento tanto la radio como la prensa entrevistaba a las candidatas al título de reina y todas las chicas del pueblo hacían colas para participar en la coronación de la reina de las ferias.

Sin embargo, de tantos eventos ya el pueblo se había cansado de coronar siempre a las mismas muchachas, se habían agotado los recursos en cuanto a féminas, no había en el pueblo jovencitas que no hubiera sido coronada reina de alguna de las ferias; excepto las hijas de Don Felipe y Doña Justina. Ana, Mercedes y Doris eran; en palabras de sus amigos y vecinos las tres jóvenes menos agraciadas del pueblo y si éste era el comentario de amigos y vecinos imaginen lo que pensaban las demás personas del pueblo sobre estas tres muchachas. A las pobres no le atendían ni en la bodega, cuando enfermaban debían ir a pueblos vecinos porque en el hospital local no querían atenderlas e incluso comulgaban con velo sobre el rostro para no espantar a los santos. ¡Que desgracia para estas muchachas! No había joven que no fuera reina de feria del pueblo y Doña Justina  se sentía muy mal ya que ella había soñado con la idea de que sus hijas al crecer formarían parte de estos certámenes.

Una noche Don Felipe la encontró llorando sola en el jardín de la casa y le preguntó: – Señora esposa ¿Qué le acontece? – Doña Justina con grandes lagrimones en los ojos le dice: mi tristeza es muy grande mi señor esposo, nuestras hijas son las únicas mujercitas del pueblo que no han sido coronadas como reinas de las ferias del pueblo, hasta la hija tuerta de Doña francisca ha sido seleccionada y nuestras hijas nacieron con tan mala suerte que ni con jurado de ciegos ganarían un titulo de belleza. Don Felipe bastante conmovido por el dolor de su esposa le jura: – Pues bien mi señora esposa, a partir de mañana haré lo posible y lo imposible para que nuestras hijas sean coronadas como las próximas reinas de las ferias.

En los días que siguieron se anunciaban las ferias en el pueblo y se hacía el llamado a participación de todas las jóvenes del pueblo que desearan participar. Don Felipe se había propuesto convertir a sus hijas en reinas. Se presentó ante la oficina de inscripciones solicitando el cupo para tres participantes al verlo allí todos pensaron en sus hijas y empezaron a burlarse del pobre Don Felipe. Jajaja ¿A quién viene a inscribir Don Felipe? ¿A sus hijas? Jajaja, esto no será un concurso de belleza sino un concurso de mandriles. Jajaja, mejor será que no se inscriba más nadie porque estas muchachas se comerán a las otras. Pues no – dije Don Felipe – vengo a inscribir a tres sobrinas, hijas de la hermana de Doña Justina que vienen de la ciudad, son jovencitas muy bellas y hermosas, sin competencia alguna ante otra mujer, pobre de las otras niñas que se inscriban, no llegarán ni detrás de la ambulancia. Bueno Don Felipe – necesitamos que nos traiga unas fotos de las muchachas para la inscripción, por acá tiene las planillas, mucha suerte en estas ferias.

Don Felipe se retiró de la oficina pensando como haría para que participaran sus hijas si para el pueblo estas chicas no tenían las cualidades para ser reinas. Al día siguiente Don Felipe se presentó en los preparativos de la feria y llevó a sus tres hijas, se excusó diciendo que sus sobrinas no habían llegado al pueblo pero estarían allí para la noche del evento, tan sólo que sus hijas participarían en los ensayos para no dejar vacíos en la coreografía. Los organizadores aceptaron y mientras los ensayos se daban Don Felipe se dio a la tarea de hablar de la belleza de sus sobrinas, sus ojos, su cuerpo, su larga cabellera, según Don Felipe las tres cantaban como Ángeles y eran famosas chicas de ciudad.

La noche de la coronación las hijas de Don Felipe fueron coronadas en representación de las tres sobrinas que nunca llegaron.

martes, 13 de agosto de 2013

Realidad

A veces el infierno luce perfecto ante la terrible realidad.

domingo, 23 de junio de 2013

La sonrisa del caballo

Nadie me mandó a venir a este pueblo, esto es puro monte. Nada se parece a mi; y este dolor de estomago y esta cagadera que me está matando. Cuando iba a pensar yo que estaría haciendo mis necesidades fisiológicas en medio de matorrales, como un animal, como si fuera un mendigo sin hogar. Espero que mis amigos del colegio jamás se enteren de esto. Aunque conociendo como conozco a Lucía sé que ella hará de esta situación una anécdota y se la contará a mis amigos. Todo por complacerla, siempre diciéndome que yo soy muy sifrino y que debía visitar la finca de sus padres, que aquí me volvería hombre al cagar en medio de matorrales frente a un caballo que pela los dientes como si se burlara de mi. Aquí sólo puede esperar a que me pique una mapanare, me patee el caballo burlón o me coma un cunaguaro.

¡Qué situación tan vergonzosa! Tener que hacer mis necesidades al aire libre, pelando las nalgas al viento. Pues claro, no van a darme ganas de cagar en pleno paseo a caballo con lo que come esta gente. Desayunando arepa de maíz, con tacita de café cerrero y de almuerzo te meten media ponchera de mondongo; ya no quiero ni pensar en la cena.

Encima lo más incomodo es la mirada fija del caballo, además, pela el diente como si me juzgara con su sonrisa perversa. Como si dijera – ¡Así te quería ver! Yo creo más bien que al pobre le preocupa es como voy a montarlo después de terminar con esto.

jueves, 23 de mayo de 2013

El bus asesino


Tatuano era un pueblo sencillo, de gente muy trabajadora que día a día se desplazaba hasta la ciudad para ganar el sustento. Tenía una sola calle y todos los días muy temprano Don Pepe salía con su bus a recoger a los habitantes de Tatuano y llevarlos a la ciudad para iniciar la jornada laboral.
Por más de treinta años estuvo Don Pepe realizando este trabajo; al amanecer él encendía su bus y transitando por la única calle del pueblo llevaba a todos a su destino, más tarde los buscaba a todos en la ciudad y los retornaba a sus hogares. Fueron años en los que todos hicieron amistades y no había persona que no conociera y admirara a Don Pepe y su bus.
Pero no todo siempre es felicidad, una mañana como de costumbre Don Pepe inicia su recorrido para buscar a las personas y se percata que al llegar a la primera parada no están las viajeros que siempre lo esperaban. Se detiene unos segundos a esperar pero decide continuar ya que más pasajeros lo esperan y debe cumplir con su trabajo; no obstante al llegar a la segunda terminal nota con asombro la ausencia de su acostumbrada clientela. Preocupado se dirige a toda prisa a la próxima parada y mayor sorpresa se ha llevado Don Pepe cuando ve como sus pasajeros suben a un bus nuevo del joven Raúl quien ha decidido ingresar al negocio. Don Pepe se sintió traicionado, por más de treinta años había llevado y traído a estas personas del pueblo a la ciudad para que cumplieran con su trabajo y ahora éstas lo cambian tan solo por un bus nuevo y más cómodo, con asientos reclinables y ventanas más amplias. El bus de Don Pepe ya estaba viejo y destartalado, funcionaba pero no tenía ninguna de las comodidades que poseía el bus de Raúl; incluso no tenía música como el bus nuevo que colocaba esos temas de moda en los que no entiendes la letra de la canción.
Muchos días fueron pasando y cuando Don Pepe llegaba con su bus a la parada ya estaba allí Raúl también y todo el mundo terminaba subiendo al transporte de este último. Don Pepe iba y venía de la ciudad con apenas dos o tres pasajeros, los más viejos, los más leales pero esto ya no era suficiente para mantener los gastos de Don Pepe y su esposa.
Una noche, mientras cenaban Don Pepe y su esposa, ésta le dice que ya el dinero no está alcanzando para nada y que tendría que vender el bus para buscar otra forma de sustento. Don Pepe no estaba en nada de acuerdo con esta petición; él adoraba su bus y le encantaba su trabajo. Decidió pedirle a la santa de los buses, Santa Bucetica que lo ayudara a mejorar sus ingresos y le permitiera quedarse con su bus y su trabajo. Bucetica que era muy milagrosa escuchó la plegaria de Pepe y se propuso ayudarlo. Al día siguiente Don Pepe sale como de costumbre con su bus y en la parada se encuentra con Raúl. De repente, el bus de Don Pepe empieza a hacer ruidos extraños y se levanta sobre sus cauchos traseros. Con los neumáticos delanteros como si fueran brazos empieza a romper los vidrios del bus de Raúl y a dañar toda la carrocería, la gente empieza a gritar y correr, Don Pepe dentro de su bus no sabe qué hacer. Ya una vez destrozado el bus de Raúl, el bus de Pepe se molesta con las personas que no quieren abordarlo y empieza a arrojarles ácido de batería y con el tubo de escape golpea a las personas hasta matarlas. Se dirige a la segunda parada y al ver que todas las personas sólo gritan y corren las ataca y arremete contra ellas. Un final terrible para los habitantes del pueblo de Tatuano. La noticia circuló por todo el país y fueron necesarios más de veinte tanques de guerra para detener a este monstruo. Esta historia nos deja una enseñanza valiosa: Cuando los aparatos y electrodomésticos son viejos y están destartalados debemos llevarlos al aserradero para que los destruyan a fin de que éstos no cobren vida y maten a personas inocentes.

domingo, 19 de mayo de 2013

La Prima Rita


Sentí un gran alivio al corroborar que no era él. Ese cuerpo tirado en el suelo que no perturba a nadie porque no es un ser querido ni alguien conocido. A nadie ha amado ni amará nunca porque ahora yace muerto, como un muerto más que lo hace todos los días. Tal vez impactó a la primera persona a quien le arruinó la mañana al toparse pero después de eso nada. Solo uno más y listo, se levanta el cadáver, se realiza la investigación y se llega a la conclusión que en realidad carece de importancia para el más importante, el protagonista del hecho, es decir, el muerto. Y digo que sentí un gran alivio porque en esa misma mañana me llamó mi prima rita y me dijo que había visto una persona fallecida en plena calle, en medio de un tumulto y que éste, el muerto, se parecía a Ignacio, mi marido, mi Nacho, quien sí ha amado y amará por siempre; a mi, su querida esposa y que de forma extraña lleva más de una semana extraviado.

Inmediatamente tomé mi bolso y salí a toda prisa a esa calle y ese tumulto que me había mencionado Rita para percatarme y en feliz término que se hombre, el muerto, no era en realidad mi Ignacio, mi querido y amado esposo, Ignacio.

Aliviada, fui a casa, dejé mi bolso en la mesa del comedor y me dirijo al teléfono para avisarle a la prima Rita que el hombre en la calle, el muerto, no era mi Ignacio y luego recordé que Rita tenía varios meses de haber muerto.

martes, 7 de mayo de 2013

Ahora

Hay sombras en tu cuerpo
desconozco la soledad de tu mirada
entre diablos condenas mi amor
¿sentiré mañana lo que siento hoy?
Pienso que solo vivo para poseerte
morder tus recuerdos
y corromper mi alma.
Más nunca volveré a limpiar la indolente presencia del Santísimo en tus casas.

lunes, 6 de mayo de 2013

Hoy

Quisiera contar contigo siempre,
hasta cuando los besos sean amargos
se hayan destruidos los castillos
y gritemos verdades.
Quisiera contar contigo siempre,
soñar que no estoy soñando
y que estás allí para mí.
No hay pena amarga
no hay dulzura de besos
y la muerte no duele más
si hoy no cuento contigo.

viernes, 12 de abril de 2013

Latidos

A veces veo tu luz en la oscuridad
como los pensamientos de un gigante
que construye un puente e intenta llegar a tu corazón,
pero fuerzas ya no tengo,
rabia sí
mucha
pero el aliento de la vida
no está en un impulso desiquilibrado,
sino en los saltos que da mi alma al rozar tu mano